El caso es que esta historia se convirtió en un símbolo de paz debido a la historia de Sadako Sasaki (1943-1955), una niña japonesa que deseó curar su enfermedad causada por la radiación de la bomba atómica de Hiroshima intentando hacer 1000 grullas de papel. Desgraciadamente murió tras completar 644 grullas y se construyó una estatua en su honor en el Parque de la Paz de Hiroshima cuya inscripción dice "Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria, paz en el mundo."
"Las 1000 grullas de Makiko" fue una iniciativa de una japonesa que vive en Madrid, la cual trataba de que cada persona hiciese una grulla y le mandase la foto por email hasta tener 1000. Así describía en su blog las1000grullas el propósito:
Finalmente se superaron las fotos de las 1000 grullas con creces y se decidió hacer una exposición con todas ellas, y allí estuve yo con unos amigos. La cosa trataba de llevar una grulla de papel e intercambiarla por una de las fotos expuestas.
La cosa trataba de que tu llegabas ahi, mirabas qué foto te gustaba, la cogías y dejabas en su lugar tu grulla.
También había un pequeño taller de origami, donde te enseñaban a hacer la grulla por si no llevabas la tuya.
Jo, yo no me enteré del evento... Ojalá me hubiera enterado antes y hubiera contribuido. Me parece genial que se hagan este tipo de cosas, y la historia de la niña japonesa de Hiroshima es muy enternecedora :)
ResponderEliminarMuy buen post, tío. La verdad que me sorprendió que hubiese tanta gente interesada por allí.. cuando te comenté lo de ir pensé que podría ser un fracaso y estuviese Makoki (sic) solica! jaja, no en serio, guay!
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