Fiestas, tifones, y Jean Reno

Con la tontería ya casi llevo un mes aquí, y bueno, algo voy haciendo. Afortunadamente por fin ha venido el otro colaborador del blog que no sólo servira para amenizar con sus relatos y recetas, sino que me evitara la tarea de escribir frecuentemente a mi (realmente ese es el objetivo, para que engañarme).

Esta semana he estado en sitios de lo mas variopinto, así que no sabía si poner este artículo en la colección de marcianadas o en la de mis vivencias. El caso es que esta semana venía un tifón a Tokyo, supuestamente empezaba ayer noche y continuaría todo el día de hoy.

"Mi primer tifón", pensé con una mezcla de emoción y nervios. Yo ya me imaginaba agarrado a un poste de la luz para no volarme, mientras un tornado levantaba el tejado de algunas casas menos aseguradas y a lo lejos se llevaba un rebaño de vacas, para goce de los cazadores de tornados. Pues al final el tornado o no ha llegado o ha sido made in china, porque lo único que pasó es que ayer llovió todo el día (ni siquiera la noche!) y poco más...

Por cierto, que ayer en el mundo yankie fue Halloween, y como a los japos todo lo que sea americanoide, comercial y con lucecitas y adornos de colorindangos les gusta un horror, pues salen disfrazados por la calle muy a la suya.

Por mi parte, fui con unos conocidos españoles a una fiesta que estuvo entretenida. El plan era estar en la casa de la anfitriona y luego irse a alguna discoteca o similar con el último tren. Bien, dicen que ninguna fiesta merece la pena si no avisan a la policía, y hacia la mitad del evento tuvimos la visita de las fuerzas de la ley.
Eso sí, las comparaciones con que llamen a la madera en España y que la llamen aqui puede resultar vergonzosa. Para empezar en España sospecho que no llaman a la policía a menos que las llamas empiecen a afectar a las viviendas vecinas o la sangre asome por debajo de la puerta principal. Aquí en Tokyo eran las 10:30 de la noche y ni siquiera teníamos música puesta, pero según el malencarado vecino de 60 años en bata que se presentó con el agente, era demasiado tener a 16 personas hablando en un piso y no podía...dormir? meditar? crear un ejército zombie? nunca lo sabremos.
Yo desde luego mientras presenciaba la charla del policía, muy amable él, y un absurdo regateo de a qué hora nos iríamos y acabaríamos la fiesta, pensé que entre todos podiamos con ellos, pero claro, no era plan.

Despues salimos buscando una fiesta de halloween, por aquello de ver algo curioso, y nos fuimos por shibuya, donde todo el mundo iba de esta guisa:

Bueno, quien dice todo el mundo dice practicamente todas las japonesas y una minoría de japoneses.
Aunque estas son de la calle, os aseguro que dentro del local al que fuimos el nivel era mejor y los disfraces más extremos, pero claro, cometimos el error o la precaución de guardar las cámaras en la taquilla.

En general la discoteca en la que estuvimos parecía un desfile fetichismos temáticos,  lo que no está nada mal, pero no acabo de entender el concepto de lso japos de ir a la discoteca a bailar. De eso ya hablaremos otro día, porque es posible que no lo entendiese bien y necesitaré intentos adicionales para ello.

Al parecer a las japas todos los gaijines les parecemos guapos o raros (posiblemente ambas cosas). El otro día comiendo en un restaurante familiar (familiar porque los dueños eran una familia de japoneses muy simpáticos), la madre y la hija estaban convencidísimas de que yo era el vivo retrato de Jean Reno, al cual me parezco en que tengo dos brazos y dos piernas, pero ni siquiera nos parezcamos en la distribución correcta de los mismos, porque yo soy mucho mas deforme, donde va a parar.
Me parezco mucho mas a estos:

Luego si me quito las gafas ya suele ser el despiporre, porque deben hacer el mismo efecto que hacían en Clark Kent, y alucinan como si fuese totalmente distinto...como veis, ya no solo es que los occidentales les parezcamos iguales, sino que de vista no deben andar muy bien...